martes, octubre 19, 2010

El Cariño Verdadero

"Ni se compra, ni se vende" como dice el pasodoble de Guayacán Orquesta. Aunque si se trata de piezas nuevas para mi Thundra el cuento cambia, pero dudo que el que la compre (cuando la venda) paague lo mucho que la adoro.

Hace unos días he venido recibiendo correos de personas que aunque están cerca de mí, se habían alejado siguiendo sus propias vidas. Es bueno sentir esos retornos, ese afecto que aunque uno siente que se pierde con el tiempo no desaparece. Como si se sembrara un árbol para después encontrarse que la semilla es un tronco gigantesco que te llena con su sombra y frutos, lo cual es simplemente perfecto.

Hace unos meses escribí que era hora de volar a las montañas. Tenía muchas heridas abiertas de todo tipo y una cantidad absurda de preguntas por resolver. A medida que se fueron contestando, me renové. Y ahora, que no me quedan interrogantes, es hora de regresar.

La frase exacta del FB fue: "Voy a luchar por mis sueños, Llegó la hora de bajar de la montaña con garras y pico afilado. Plumas nuevas tienen mis alas, el Águila retorna a sus dominios. Que se alejen los buitres y cuervos, porque el cielo recibe con viento a favor a quien por esfuerzo de corazón y razón lucha por su espacio".

Sin entrar a ampliar la metáfora creo que ya es hora de afrontar nuevos retos, dado que gracias a las reglas que comenté anteriormente he logrado establecer un balance significativo en mi vida. La vida sigue siendo exactamente igual, tiene sus mecanismos para empujarnos y hacernos daño pero ahora siento que veo venir sus saetas y golpes y aunque me tocan pasan a través, porque soy consciente de su origen: mis propios actos.La vida es un ouroboros frenético donde lo que decides regresa a tí con una velocidad y fuerza muy superiores allanzamiento inicial. Y el tiempo donde recibí mi justo castigo ha pasado.

Por eso, en lugar de hablar de pesadeces, hablo hoy de luz y de sol. De días que han sido geniales y que vienen días aún mejores. Puerto Rico está a unos días, y el regreso será aún más emocionante porque lo que viene hacia mí es mayor de lo que pude pensar. Depende mucho de la fuerza que le aplique, pero viendo la curva de desempeño de cada acto creo que empezar a calcular consecuencias y recibirlas a favor me da ventaja sobre mis pesimismo natural.

No temo a los golpes que vengan. A fin de cuentas una vida donde no existan inconvenientes y problemas por resolver es una vida desabrida. Por curioso que suene, le temo a que el miedo de nuevo se apodere de la cabina de mando, de ahí que todas y cada una de mis palabras esté llena de valor. Y que duelan, por supuesto que dolerán de la misma manera que voy a reír y gozar con lo que venga, pero la gran diferencia está en la manera de enfrentar las cosas: actúa como máquina ante los miedos, y como humano ante la emoción restante. El resto depende de la fuerza, de la fé, y del amor. Como lo he venido aprendiendo, las 3 L: Living, Loving, Learning.

Ahora que ha pasado la nube negra y me queda andar con la mayor fuerza el camino que mis deseos y metas me marcan, envío abrazos y mi corazón para quienes me apoyan siempre, porque no volveré a defraudar a nadie por culpa de mis miedos. Y a quienes me envían saetas: puede que se claven en mí, pero la diferencia está en que sencillamente las tomo como una manera mucho mejor de guiarme. Y les envío bendiciones, porque aunque no sea de mi arco, se les devolverán.

Llegó la hora de acelerar nuevamente, vivir fuera del Mach3 no es para mí. Alante, la victoria!

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