Acabo de recibir una noticia que hace unos meses me hubiera mandado al baño a cortarme las venas después de haber ingerido una copa de veneno. Pero contrario a eso, estoy feliz. Hay una parte de mí que no lo cree. Otra, que piensa que lo mejor ha pasado.
Quizás sea la lectura de la Autobiografía de Marilyn Manson lo que me está haciendo pensar que el mundo se divide en muchas más cosas que el dolor, la miseria espiritual, las drogas, y todo aquello que hacemos para atenuar esos sentimientos. Nos esforzamos en vivir en burbujas y cuando estallan nos revolcamos en el vómito de nuestras almas hasta que los ojos se queman y solamente después de haber saciado el dolor nos levantamos a inflar nuestras burbujas de nuevo.
Hace un tiempo me cansé de sufrir. Tuve que perder un pedazo de pulmón para entender eso. Es muy curioso: antes sufría continuadamente a cada momento y tenía momentos felices de vez en cuando. Ahora vivo feliz y tengo de vez en cuando momentos en los que pareciera que el martirio regresara a destrozarme, pero a la mañana siguiente de nuevo estoy bien. Y son momentos cada vez más breves.
Por eso quizás hoy estoy bien. Porque ya mi burbuja, construida con tanto esfuerzo, explotó del todo y ya no me interesa volver a meterme en una de ellas. Solamente, estar bien, tranquilo, sin mayores penurias que las que se atraviesen por ahí y olvidarme en un redentor océano de amnesia de todo lo que ha pasado.
Una bendición y un agradecimiento para ese ser que viene en camino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario